Tratamiento de varices

Tratamiento de varices Sevilla

¿Qué es el tratamiento de varices?

El tratamiento de Varices acaba con las formaciones o dilataciones venosas que se caracterizan por la incapacidad de establecer un retorno eficaz de la sangre al corazón, lo que se conoce como insuficiencia venosa. Esto implica que aparezcan una serie de rojeces sobre todo en entornos como piernas o barriga que se aprecian a través de la piel. Este tipo de formaciones pueden tener diferentes características (tanto de color como de rugosidad) que implica la cantidad de sangre acumulada en las mismas. Lejos de ser puramente un tratamiento estético, en ocasiones son circunstancias que afectan directamente a la salud vascular, ya que se generan atascos venosos en determinadas zonas del cuerpo que pueden desencadenar otro tipo de afecciones.

El tratamiento de las varices consiste en identificar en qué zona se ha producido el primer fallo de una válvula venosa, que es la raíz del problema, esto sólo puede hacerse mediante eco-doppler. Es fundamental que previo al tratamiento se haga un estudio para conocer el estado del sistema venoso para saber cuál es la naturaleza del problema.

La mayoría de las telangiectasias, también conocidas como “arañas vasculares” se originan de venas reticulares, por lo que ha de hacerse un tratamiento por orden: primero las venas reticulares nutricias y después, las telangiectasias. Pero otras tienen su foco en arteriolas terminales o en una anastomosis arteriovenosa. Esta naturaleza dará lugar a un tratamiento u otro, según las necesidades del paciente.

Candidato ideal para el tratamiento de varices

El candidato ideal para este tipo de tratamiento es aquel que desea acabar con varices o telangiectasias, que aparecen sobre todo en miembros de extremidades inferiores. Para ello se tienen que tener claro una serie de objetivos preestablecidos, para los cuales se llevarán a cabo diferentes tipos de tratamientos.

Por un lado, con el tratamiento de varices se persigue un objetivo puramente estético con el que se pretende eliminar las venas y telangiectasias visibles y, por otro lado, a través de este tipo de acciones se consigue eliminar la causa que ha originado las varices. Esto no implica que no existan nuevas apariciones de casos futuros, derivados de situaciones vividas tales como el propio ADN, los embarazos, el consumo de determinados anticonceptivos, los tratamientos hormonales sustitutivos en la menopausia, así como situaciones personales con las que se generan situaciones idóneas para su aparición. Este es el caso de profesiones que se suelen ejercer durante mucho tiempo de pie.

Tratamiento de varices: procedimiento

Hay dos tipos de tratamiento para acabar con las varices. El primero de ellos implica cirugía y es el denominado destructivo. Este implica el arrancamiento de la vena afectada a través de un proceso llamado striping. Este proceso es doloroso y aplicado en casos de varices extremas que no pueden ser eliminadas con otro método.

El segundo de ellos es la escleroterapia, una forma de tratamiento mediante el cual se puede “acabar” cualquier tipo de variz. El tratamiento se lleva a cabo con la inyección de una sustancia que provoca que la vena se condense por dentro y haga que se toquen los extremos hasta que parezca que no existe sangre en su interior. Esto no significa que se haya acabado con la variz, ya que solo es un efecto visual. De hecho, es probable que este tipo de varices pueda aparecer pasado un tiempo. Las varices pueden esclerosarse con diferentes sustancias, la más empleada es el Etoxisclerol.

A veces puede ser efectivo la combinación de ambos tratamientos, para acabar con las varices de mayor envergadura y las de menos.

Otro de los tratamientos estéticos más actuales pasan por el uso del láser. Este tipo de tratamiento viene a completar el arsenal a nuestro alcance. El láser de Neodimio-YAG ofrece la posibilidad de la coagulación de la sangre dentro de la vena (fotoesclerosis). El efecto que se consigue es parecido al de la esclerosis por inyección, aunque no llega a destruirse la vena. El láser tiene un efecto térmico y produce vaporización del vaso diana.

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